LA SAINTE-CHAPELLE Y SUS VIDRIERAS

LA SAINTE-CHAPELLE

Si viajas a París seguro que visitas la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo o la Catedral de Notre-Dame. Son, sin duda alguna, los emblemas más destacados de la ciudad.

Vidrieras de la Sainte-Chapelle, París.

Estamos de acuerdo en que estas visitas son imprescindibles, sin embargo podrías descubrir unas de las vidrieras más bonitas que jamás hemos visto.

Culmen del arte gótico, la Saint-Chapelle, se construyó en tan sólo siete años (1241-1248) para albergar todas las reliquias que el rey Luis IX de Francia (hijo de Blanca de Castilla, también llamado San Luis) adquirió durante su reinado.

¿De qué reliquias hablamos? Pues de la Corona de espinas, parte de la Santa Cruz, la esponja con la que se limpió la sangre de Cristo y otras diversas pequeñas reliquias del martirio de Jesucristo. 

No esperéis ver ninguna de estas reliquias, pues se perdieron durante la Revolución Francesa. 

Parte del apelativo de San Luis viene porque fue el último rey cruzado y murió de disentería ante las murallas de Túnez durante la VIII Cruzada.

Interior de la Sainte-Chapelle, París

La capilla se divide en dos alturas. La función principal de la parte baja de la capilla es hacer de soporte para el impresionante piso de arriba. Está decorada con la flor de lis y el blasón de Castilla. La flor de lis simboliza la Realeza Francesa mientras que el castillo simboliza la provenencia de Blanca de Castilla.

La capilla alta, como buen edificio gótico, apenas tiene muros. Prácticamente todo son vidrieras, que representan diferentes pasajes y escenas bíblicas. En ellas predominan los cinco colores siguientes; azul, violeta, amarillo, rojo y verde. 

El resto te lo dejamos descubrir a ti...

Si tras esta o varias visitas te entra hambre, no dudes en  leer nuestros post de restaurantes en París que seguro que te van a encantar.

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